lunes, 15 de agosto de 2011

cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos ;)

y... llega un punto en el que lo ves claro, ves la realidad que siempre estuvo ahí y te entristeces por haber sido tan estúpida, pero a la larga te das cuenta de que todo acabó, que recuperarás el tiempo perdido, que la tormenta pasó y llegó la calma, que jamás le conociste y eso ahora te alegra.

TheEnd.

jueves, 23 de junio de 2011



No vayas por donde el camino te lleve. Ve en cambio por donde no hay camino y deja rastro.

miércoles, 1 de junio de 2011

Nada ha cambiado en mí.

No insistas. No sigas. No queda aliento. No quedan latidos. No queda cariño. No quedan sueños. No queda ilusión. No queda pasión. No quedan ganas. No quedan sonrisas. No quedan lágrimas. No quedan momentos. No quedan películas. No quedan canciones. No quedan besos bajo la lluvia. No quedan saludos. No quedan despedidas con reencuentro. No quedan reconciliaciones. No quedan días de playa. No quedan noches de campo. No quedan bailes. No quedan muecas. No quedan llamadas. No quedan "te quiero". No quedan mensajes. No queda suerte. No quedan viajes. No quedan fiestas. No quedan eventos importantes. No queda complicidad. No queda orgullo. No quedan "piques". No quedan secretos. No queda esperanza. No quedan presentaciones. No quedan cambios. No quedan sensaciones nuevas. No quedan despistes. No quedan avisos. No quedan juegos. No quedan cojines. No quedan abrazos. No quedan helados. No quedan cenas. No queda calor. No queda frío. No quedan chistes. No quedan carcajadas. No quedan conciertos. No quedan "los dos". No quedan invitaciones. No quedan manos. No quedan caricias. No quedan ayudas. No quedan recuerdos. No quedan fotografías. No quedan escapadas. No quedan regalos. No quedan sorpresas. No quedan sábanas. No quedan vuelos. No quedan miradas. No quedan reproches. No quedan ni celos. No queda NADA.

  Y, en realidad lo que no queda es fuerza para decirte que aún quedan todas esas cosas.

Comienzan los cambios de tu vida.

Me fui pensando que cuando volviera todo sería igual, inocente de mí.


 Increíblemente tu mundo puede cambiar en tan solo dos minutos.


   Inocente de mi cuando estaba fuera, pensando en que seguiría todo en el mismo camino, que en este camino no había desvíos, pero me equivoque, todo camino tiene miles de desvíos y cada ser que comienza a andar toma un desvío diferente.


   Llegué sabiendo que no me ausentaría más, lo que no sabía es que los cambios estaban aquí.


   Personas que se van alejando. Personas que cambian del día a la mañana y de repente ya no importa nada de su verdad, ahora lo que era su verdad estaba construido sobre una mentira y es sabido que si el cimiento no es resistente el edificio se cae, es cierto, pasa así tal y como cuentan las personas más expertas, las personas que más han vivido. Quizás sea aburrimiento, cansancio, rutina, monotonía o como quieras llamarlo. Hay que innovar, no todos somos iguales, hay personas egoístas que no quieren la felicidad de un ser querido sino únicamente la suya y empujan ese "edificio" con todas sus fuerzas hasta que lo derrumban porque están cansados de vivir en él, sin embargo, deberían saber que las cosas se pueden hacer de manera diferente. El edificio tiene puertas, puertas en cada rincón, por las que puede salir sin destrozar nada, ni a nadie, pero claro, entonces no se sentiría liberado, no sentiría que a destrozado su daño, su daño que por otra parte ya es pasado que ya no le afecta, ya lo dejó atrás y fuera de su vida, pero eso no lo piensan y si lo piensan y aún así deciden eliminarlo es que son más egoístas de lo que ellos mismos se creen, y se muy bien lo que digo. Pero esas personas son las que cuando comienzan a pensar ven que era su edificio que lo habían construidos ellos, sí los había más grandes, más feos, más cutres, más lujosos pero era el suyo, construido con besos, caricias, susurros, canciones dedicadas, risas, películas hasta las tantas, sueños de futuro e incluso peleas y discusiones arregladas con una gran reconciliación, entonces, cuando recuerdan todo aquello vuelven a aquel edificio, recuerdan que antes de marcharse lo destruyeron por orgullo, por no ver que habían fracasado y claro echan tanto de menos aquello que deciden construirlo de nuevo, esta vez solos y una persona sola no puede construir un edificio, al menos uno de esta clase no, se necesitan dos personas y él por aburrimiento, cansancio, rutina, monotonía o como quieras llamarlo perdió a su compañera de edificio, y ahora es él el que comienza a valorar lo que tenía a pensar lo estúpido que fue, a lamentarse de su orgullo, pero ya... ya no queda nada.



   Por otra parte en mi regreso, encontré a cierta persona que cogería uno de esos desvíos del camino al que ninguna podíamos seguir. Separarte de una persona con la que has vivido gran parte del camino, con la que has superado tropezones, ignorado desvíos y encontrado cosas maravillosas, cuesta, cuesta y duele a la misma vez, también sientes felicidad, porque esa persona a elegido su mejor desvío, seguir el mismo camino que yo sería una estupidez, no valdría para nada, cada una tenemos un camino, pero acojona (y perdón por la expresión) saber que quizás (y lo más seguro), su desvío no se cruce nunca más por tu camino, nada será igual eso seguro, pero como esa persona dijo "cuando acaba algo bueno, es porque viene algo mejor" espero que sea cierto, porque necesito que sea así, aprendí muchas cosas gracias a esa persona, me enseñó gran parte de la vida, y por ello, estaré eternamente agradecida.


   Nada más que decir.

Quizás.


He escuchado tanto sobre ti. Dicen tantas cosas. ¿Qué creer?. Decidí cometer mis propios errores. Quizás me equivoque o quizás, por fin, consiga conocerte como nadie antes lo hizo. Quizás soy demasiado positiva, o quizás el mundo sea demasiado negativo. Según las leyes de probabilidad yo estaría equivocada, pero... ¿Cómo saberlo?. Quizás viva siempre con esa duda. Quizás lo averigüé antes de lo esperado. Sólo espero que no me decepciones, no por mí sino por ti. Porque quizás nadie confié de nuevo en ti.




Recuérdame.


Recuerdos que siempre estarán presentes.


¿Cuánto dura una partida de ajedrez?

A veces pienso en ello. ¿Qué habrá de verdad?, ¿Qué será de mentira?. Decepciones. Decepciones casi diarias. Muy pocas personas. Contadas con los dedos de una mano. ¿Es qué siempre me pongo en lo peor o simplemente soy realista?. Me pregunto si haré las cosas mal. Me pregunto quién quedará.
 
  Miro al futuro y veo sólo cinco peones. ¿Dónde están las reinas?, ¿Y las torres?. ¿Dónde quedan todos esos cuadros que componen el tablero?. Ojalá me equivoque y no estén sólo los peones. No quiero que llegue el momento de la verdad, ese en el que te das cuenta de la realidad, ese en el que quieres que todas las fichas jueguen contigo y no contra ti.

  Cambian las cosas a los dos minutos de empezar la partida. Entonces mis sospechas se hacen más reales cada vez. Un peón acaba su juego, le sigue otro y otro mas. ¿Cuánto dura una partida de ajedrez?.

  En cinco minutos a cambiado todo el juego. Al otro lado del tablero está la vida, que se lleva a cada momento una ficha. Sólo las fichas que realmente quieren jugar siguen ahí, siempre.
  Quizás no esté jugando como debería, quizás ni siquiera estoy jugando. Quizás tengo miedo a perder.